viernes, 24 de junio de 2011

Domingo a la mañana

Si sabia o no donde estaba habia dejado de importarme. Seguramente saque ese jardin de un recuerdo lejano, no parecia inventado, se veria mejor. Con el tiempo aprendi a no distraerme con los detalles, estar ahi era lo que importaba. Estar ahi, y saberlo.
En ese pais escondido en el fondo de mi cabeza los personajes iban y venian con una velocidad asombrosa.Me hubiera gustado acordarme de todos, averiguar de donde habian salido, pero no habia tiempo: Aun conciente lo unico que podia hacer era seguirles la corriente.
Pero algo ahi no cerraba. Lejos, muy lejos, escuchaba el sonido de la lluvia contra mi ventana. Entonces sabia que poco a poco esos recordatorios se infiltrarian como goteras sobre mi cielo soleado, borrando asi, como se borran los dibujos sobre los vidrios mojados,lo que quedaba de mi reino.
Trato de espantar la realidad como si fueran moscas en mis orejas, pero sabia que tarde o temprano todo iba a acabar.Todos mis esfuerzos eran para no abrir los ojos, para no matar las flores y las cartas de colores con la luz del dia.Rugio un rayo. Senti que descubrieron de prono yo no pertenecia ahi,que me habia infiltrado, y huyeron ofendido de mi vista hasta escapar de mi memoria. Escuche mi propia voz mientras les rogaba que se quedaran tan solo 5 minutos mas. Inutil perseguirlos
Cuando desperte, apenas percibia una gama de colores, todo lo demas era como niebla sobre un paisaje. Pero una parte de mi sueño seguia ahi: Un gato colorido ronroneando al pie de mi cama.
-Demaciado tarde- le esplique- ya me desperte.
Este se limito a sonreirme, se despidio cortesmente y, como todos los sueños, se desvanecio sin dejar rastros.